Tengo mis propias perturbaciones, lo sé.
Tengo mis propias agonías disociadas,
Que vienen una tras otra,
Como tropas mercenarias.
Tengo mis propias desilusiones,
Mis propias desesperaciones,
Y además tengo un jeroglífico egipcio
Al lado de mi cama.
Tengo mis propios cánceres, mis propias lepras
Mis propias bacterias e infecciones.
Soy el propio desengaño de la humanidad,
El chasco de los hombres.
Soy terrorífico, porque tengo mis propios terrores
Y a la vez soy la marginalidad perpetua
De una sociedad barata, que no vale más
Que si misma.
Soy la traición y la angustia,
La pena, el dolor y la muerte
Soy la necesidad continua,
Porque tengo mis propias satisfacciones
Tengo mis propias guerras, lo sé
Mis propios muertos e indigentes, mis propias ansias,
Y además tengo un jeroglífico egipcio
Al lado de mi cama.
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