¿Pastel?
No, no me apetece.
A veces sueles ser tan cruel contigo mismo.
Mañana la veré otra vez, y no se que más decirle. Le he dicho todo pero no me oye.
Ya no debes comer más azúcar; el dulce te hace mal.
No sonrías cuando me hables.
Debes corregir tus razones para vivir.
A veces suenas como un aeroplano en los oídos.
¿Pastel?
No quiero.
¿Y las gracias?
No insistas. Me persigues.
Si la ves mañana no le digas nada, llévale un poco de pastel, es de frutas, y dile que la fresa es tu corazón.
Me devorará en absoluto.
Hay tienes eso es lo que quieres.
No, ahora pastel.
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