David Robert Jones o David Bowie, el mismo que viste y calza zapatos de plataforma, aquel que cambió su apellido a Bowie, en homenaje a quien sabe quien, que tuvo que nacer la helada mañana del 8 de enero de 1947, en Londres - creo yo no hubo mejor lugar donde fuese.
Bowie, extraño hasta decir basta, nada menos para quien en su juventud tras una pelea escolar con su compañero, un puñete en el ojo izquierdo, le causara una heterocromía iridium, que le haría cambiar su natural color azul a verde-gris debido al depósito de hierro secundario al traumatismo, y es que hasta sus genes se transforman, es fisiológico en él.
Hacia 1967, aprovechando la invasión británica de la época, grabó su primer disco homónimo, aunque la psicodélica resonancia de su música llegó en 1969 con el LP, “Space Oddity” (Singularidad espacial) honrando al filme de Kubrick, 2001: Odisea en el Espacio.
Bowie, como camaleón convicto, incursionó a lo largo de su vida en el hard rock, en el folk pop, en el glam, en el funk y el soul, en el wave y la electrónica, fue y es quien sea que quiera y hace, musicalmente hablando, lo que le venga en gana, es que es artista, es que necio, bastaría escuchar una canción para reconocerlo.
Para 1971 salió a la luz el disco The Man Who Sold The World (El hombre que vendió el mundo), que años más tarde lo haría conocido Nirvana. Luego vino Hunky Dory, que le traería dos de sus mayores éxitos: Changes y Life on Mars?. Y es que cambió, se volvió, para los escenarios un loco único, la teatralidad y la andrógena apariencia, en sus conciertos le hicieron ser un marciano en la tierra.
Y es que si Bowie se preguntaba si había vida en Marte, se dio con la sorpresa que sí, el era un ser de ese planeta. Para 1972, llegó el LP, The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (El ascenso y descenso de Ziggy Stardust y las arañas de Marte) bajo el personaje de Ziggy Stardust, un marciano bisexual que se convierte en rock star para salvar el mundo, acompañado de sus Arañas de Marte, que eran sus propios músicos. Este disco conceptual, narraba la historia de este personaje que cae hundido en el éxito y no llega a cumplir su prometido. Mezclando técnicas de teatro japonés kabuki, glam rock y Broadway, inspirados en rockeros de la época.
Más adelante para 1973, llego Aladdin Sane, un disco del que Bowie mataría a este personaje, ese mismo año sacó Pin Ups, una serie de versiones de temas de Pink Floyde, Rolling Stones, The Who, entre otros. Al año siguiente sacaría Diamond Dogs.
Luego, para 1974, graba American Youngs, un disco que satiriza las costumbres norteamericanas, de sonidos soul y funk, junto con John Lennon producen Fame, la canción mas exitosa del disco. Aquí rompe la estética del glam, convirtiéndose en el Duque Blanco un alter ego más en su vida, y graba Station to station.
Para fines de la década, se muda con Iggy Pop a Berlin, escapándose de la fama que lo asechaba y de su adicción a la cocaína. Impresionado por el “kraunt rock” (estilo musical experimental alemán de la época) produce con ayuda de Iggy, un trilogía de discos llamada Berlín. Así se sumerge en el new wave.
Ya para los ochentas graba una serie discos como: Scary Monsters And Super Creeps, que entra con fuerza en los E.E.U.U. Seguidos de Let´s dance en 1983, Tonight en 1984, Never Let me Down en 1987, y Tin Machine I a finales de la década, discos de éxitos comerciales y resonados en la pistas de baile. También graba junto a Queen, Under Pressure, y la nueva versión Ziggy Stardust con Bauhaus.
En la siguiente década, graba Tin Machine II, nombre también del grupo que formó, ya con sonidos indie propios de los noventas. Le siguen los discos: Black tie, Whithe noise y The Buddha of Suburbia en 1993, Outside en 1995, Erarthing en 1997, cierra el milenio con Hours..., y lo abre con Heathen y en el 2003 Reality, es su última producción.
Es sin duda uno de los músicos mas influyentes en la historia del rock, un ambivalente ser, inspirado en la galaxia, la vida nocturna, y los colores. Reconoció su admiración por quien quiso y su bisexualidad. Se divorció de Angela Barnett al sorprenderla, nada menos que con Mick Jagger. Fue actor de cine en muchas oportunidades, e hizo del rock un espectáculo sideral. Es productor y extraterrestre a la vez, es polifacético hasta la muerte, extraño y extravagante, es David Bowie, que más se puede decir.